martes, 24 de septiembre de 2013

VENECIA

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Esa ciudad fuera del tiempo.
Me gusta pasear por sus callejones. Como a Brunetti. El de Donna Leon. El comisario.
Como le gustaba a Casanova, con quien comparto un apellido, lo cual me encanta.
Como le gusta a tanta gente. No soy nada original en ello. Como en tantas otras cosas.
Tampoco es necesario ser original.

Ya llevo escritas dos novelas ambientadas en Venecia. Y tampoco en eso he sido original. Ni lo pretendo. ¡Qué estrés, querer ser original todo el tiempo!
A mí me gusta un sitio, lo introduzco dentro de mí, y escribo.

Aunque lo hayan hecho ya otros antes que yo. ¿Qué me importa?
Ojalá fuera capaz de escribir una buena novela ambientada en La Mancha, o en Verona, o en Troya, o en Comala.

Aunque no fuera nada original en mi elección.

Tampoco fueron muy originales las mujeres de mi familia con los nombres. Hoy es el día de la Mercè. Mi abuela se llamaba Mercedes, mi madre se llamaba Mercedes. Una de mis tías se llamaba Mercedes.

Yo también me llamo Mercedes. Además de Ana y de Ángela.
¿Y por qué le pusieron a mi abuela el nombre de María de las Mercedes? Pues porque nació cuando en Madrid todavía se cantaba por las calles el romance de la reina Mercedes. La primera mujer del rey Alfonso XII, que murió con dieciocho años.

¡Qué cosas! A ella le debemos el nombre cuatro mujeres de mi familia.