sábado, 22 de febrero de 2014

DON ANTONIO

Pienso que hoy hace 75 años que murió Antonio Machado en un pequeño pueblo de la costa francesa, en Colliure. Un lugar precioso, tal vez no tan malo para morir. Aunque Machado nunca debería haberse muerto en aquel lugar, en aquel momento. Al otro lado de la frontera, como exiliado, como refugiado que huye de una patria que no lo quiere.
El cementerio donde está enterrado es muy hermoso. Pequeño, de tamaño humano.
 Cuando estuve, le llevé un puñado de tierra española que recogí en una botella. Le dejé la tierra junto a la lápida. No había sido la primera en hacerlo.
Cuando estuve allí, pensé que aquel era un buen sitio para reposar. Lejos del lugar del que tuvo que huir. Si hubieran traído aquí sus restos, habría acabado descuartizado porque en cada uno de sus lugares habrían querido guardar sus huesos. Mejor está don Antonio entero al otro lado de la frontera, en un cementerio junto al mar, en un lugar hermoso, donde nadie hace negocio por tener un poeta muerto.

 Él, el poeta, que fue un hombre bueno, como a él le gustaba definirse.
 Él, el hombre bueno, cuyas aficiones eran "leer y pasear".
En la foto, el rincón del Palacio de Dueñas, en Sevilla, en el que una placa recuerda que el poeta nació allí. 
 
 
 
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 Os dejo, además, unos versos suyos, de su libro SOLEDADES, GALERÍAS Y OTROS POEMAS. Uno de esos poemas que tantas veces expliqué a mis alumnos del viejo COU, y a mis alumnos de 4º de la ESO.

Que los disfrutéis y que recordéis al poeta, a don Antonio.

XLIII

"Era una mañana y abril sonreía.
Frente al horizonte dorado moría
la luna, muy blanca y opaca; tras ella,
cual tenue ligera quimera, corría
la nube que apenas enturbia una estrella.
...............................................
Como sonreía la rosa mañana
al sol del Oriente abría mi ventana;
y en mi triste alcoba penetró el Oriente
en canto de alondras, en risa de fuente
y en suave perfume de flora temprana.
Fue una clara tarde de melancolía.
Abril sonreía. Yo abrí las ventanas
de mi casa al viento... El viento traía
perfumes de rosas, doblar de campanas...
Doblar de campanas lejanas, llorosas,
suave de rosas aromado aliento...
...¿Dönde están los huertos floridos de rosas?
¿Qué dicen las dulces campanas al viento?
...................................................
Pregunté a la tarde de abril que moría:
¿Al fin la alegría se acerca a mi casa?
La tarde de abril sonrío: La alegría
pasó por tu puerta -y luego, sombría:
Pasó por tu puerta. Dos veces no pasa."
 
 
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Esta placa recuerda su estancia en el instituto de Baeza, donde se trasladó tras la muerte de su esposa Leonor, en Soria.
 
Siga descansando en paz, don Antonio.
Os dejo otros versos suyos, también de las GALERÍAS, para terminar:
 
LXVIII
 
"Llamó a mi corazón, un claro día,
con un perfume de jazmín, el viento.
-A cambio de este aroma,
todo el aroma de tus rosas quiero.
-No tengo rosas; flores
en mi jardín no hay ya; todas han muerto.
Me llevaré los llantos de las fuentes,
las hojas amarillas y los mustios pétalos.
Y el viento huyó... Mi corazón sangraba...
Alma, ¿qué has hecho de tu pobre huerto?"